
Título original: Fairy Oak. Il segreto delle gemelle.
Autora: Elisabetta Gnone.
Número de páginas: 284.
Género: Infantil/Aventuras.
Saga: Trilogía Fairy Oak.
Editorial: Mare Nostrum.
Sinopsis: Desde hace más de mil años, a la media noche en punto, ocurre un hecho mágico en las casas de Fairy Oak: minúsculas hadas luminosas cuentan historias de niños a brujas de ojos buenos, emocionadas y atentas. Insólito, ¿verdad?
Todo el mundo sabe que brujas y hadas se llevan mal y que a las brujas no les gustan nada los niños. Pero estamos en el valle de Verdellano, en el pueblo de Fairy Oak, y aquí as cosas son desde siempre un poco distintas...
Esta fue una re-lectura ya que necesitaba magia y fantasía en mi cabeza. Es una novela que me encanta y creo que esta no será la última vez que la relea.

La historia comienza contándonos la llegada de Felí a Fairy Oak, todo contado en primera persona por el hada. El inicio es bastante introductorio, a decir verdad, pero es necesario para conocer los aspectos básicos de este maravilloso mundo.

El cumpleaños de Tomelilla está cerca, y ella, con todas las cosas raras que estaban pasando (hipos como truenos, la lengua azul de Mr. Berry, etc) ella temía que algo raro iba a pasar. Y pasó, pero no puedo contarles porque es toda la magia del libro. Aquí llega el conflicto.
El final queda muy abierto, pero considerando que faltan dos libros más (y ya me estoy leyendo el segundo jeje) no lo encontré mal, sino me gustó como quedó.
El "romance", porque, por si no lo recuerdan, los protagonistas son niños (9-12 años), así que aquí hay romance infantil. A las dos hermanitas les gusta el mismo... Ahí lo dejo.
La pluma de la autora es maravillosa, te atrapa y tiene un lenguaje fácil de entender y mágico. Te adentras en la historia sin darte cuenta y de repente te transformas en un habitante de Fairy Oak. Maravilloso.
Sin duda, una puntuación de 5 corazones:
![]() |
Sí, volví a las puntuaciones por petición. |
No pinta mal.. pero no me veo leyendo eso ahora mismo
ResponderBorrarme alegro de que te gustara tanto
un beesito